Muchas veces la gente no sabe como hacer las cosas, tu forma de actuar, como llegar a cumplir tus metas, como solucionar los problemas maritales, hasta como entrar a una iglesia y comunicarse con Dios.
La verdad es que para eso están los amigos, ojo, un amigo no soluciona los problemas, pero ese alguien al que tu le has dado la libertad de escucharte, aconsejarte, abrazarte, es lo que su más grande virtud puede hacer, en las buenas y en las malas va a estar contigo.
Pero ¿Cuántos tipos de amigos existen?, la verdad, muchos, existe el amigo de la diversión, ese ocurrente que no se puede mantener callado o decir algo coherente, con una chispa cautivadora que te hace adicto a sus estupideces, que sus bromas no son de mal gusto, aquel con el que compartes toda una vida de alegría que nunca te aburre y que siempre va contigo a donde sea.
Existe el amigo pacifico, aquel con el que puedes compartir un café hablar de las cosas que los atormentan, festejan o impresionan de sus vidas personales, con el que compartes momentos muy agradables, y que pueden crear un vinculo emocional más grande de lo que su misma mente les percibe, aquel que se encuentra cerca de ti, pero con el que generalmente acudes por sentir una vibración atractiva hacia la persona, una confianza propia que logra empatía en tu grupo social.
El amigo lejano, aquel con el que has pasado momentos muy buenos de la vida, es ese amigo del que no te puedes deshacer, y no porque lo quieras sino, porque a pesar de estar lejos de ti, dentro de quizás dos mundos diferentes aun te pueda dar cinco minutos de su existencia para regalártelos, para apoyarte, decirte, guiarte, si no tienes la confianza de decírselo a otras personas, amigo con el que solucionas problemas específicos y aun a demasiada distancia.
Esos son mis amigos, si me lees y eres un verdadero amigo, ojalá te encuentres y te señales en el punto donde tú vas y si sientes empatía con mis palabras, dímelo y seamos amigos.
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